Vaya ,vaya... qué cosas tiene las casualidad. Cuando esperábamos un dia flojo en cuanto a la serie de actuaciones en la terraza de Floren con una levantera digna de mencionar, el salón de dentro lleno al ochenta por ciento, fuera, la música sin parar, sacándola del estado de la inclemencias del tiempo para llevarla hasta salón de dentro y vaya si llegó. Alguien se acercó y dijo que quería cantar . El tio cantó y con un beso y una flor ,arremolinando en la misma calle saco la gente de dentro, donde el dia anterior no cabía una mesa más en los adoquines sin contar las del palco de la terraza, y prosiguió cantando lo mejor de Nino Bravo y Enrique Fernandez; arrancando los aplausos en la expectación generada que sólo consiguen los cantantes consagrados. Bravo por el espontáneo, bravo por la música en escenaros difíciles donde se ven la grandeza y la facilidad de sacar los aplausos ciento por ciento.
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