En estos tiempos convulsos cuando estar de Más es lo de menos, más ellos se lo pierden, una vez dentro del sistema que nos lleva a los límites de punta Europa, allá donde la agresividad la pagan con el auto, adquiere efectividad y se lo llevan crudo y con grúa, prácticamente entero, quitándote en un santiamén el vehículo dejándole a piés pleno. El personal sanitario lo diagnostica como síndrome de afán recaudatorio, mientras examinan. Después de innumerable tiempo de espera, hace una semana ya, todavía recuerdo las dos aceras a tope en la calle de urgencias atestadas, el parkin colapsado, no había otro más que el mío, entre los cientos de mal aparcados, en la sanción se nombra el Sr. alcaide que estaba en su dezpacho.
Todos hablan de afán recaudatorio, en diez minutos pierdes para, andar buscando, rebuscando recaudación debajo de las piedras y en los hospitales donde somos vulnerables, están allí donde nos lleva la necesidad. Desde cuando Curro Jiménez no era oficial, comenzaba a serlo Roldán, luego llegaron los sobresaltos de Rato, la junta y la rejunta, ahora esto.
Esta sociedad se llena de benditos, conformista y permisible con sus respectivos políticos, términos y frases que se perpetúan. Afán recaudatorio le pusieron, te roban la cartera con manos desalmadas desde sus dezpachos. Visto desde dentro, un 25% de la población viven de la administración directamente, desde fuera es otra cosa, estamos a la cabeza de país corrupto en Europa.
A los cuarenta y nueve, ya va siendo hora, nos enteramos que importa la convicción en los valores y un sin fín de cosas, antes que el aférreo apego a las siglas.
Una gran alegría: después de años de problemas con las piedras, en los resultados y pruebas, habían desaparecido de repente......de la vesícula, sin cirugía, sin intervención médica.
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