Cuentan que fueron al encuentro en la fachada de la fabrica de la luz, edificio emblemático y céntrico del pueblo, lugar donde permanecía la cerámica del Cristo del gran poder, para saber los detalles del rescate ante el inminente derribo del resto de sus muros, después de la apreciación hornamental cuando se encontraba enmarcado en la casa de una familia.
En la escalada vertical se sirvieron de unas escaleras, tuvieron que demoler el muro por el reverso para no dañar el azulejo.
La causa en la casualidad quiso que desde lugares distintos mismo día, misma hora coincidieron los protagonistas y el interesado que preguntó por los detalles, de ahí las noticias del rescate del mosaico.

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