Quise saber yo aquel cristo del Gran Poder que estuvo casi cien años en la parte superior de la fachada de un edificio emblemático sitio y fábrica de la luz, bajo dos piedras de molino sobre la pared y que ahora yacía enmarcado en la casa de una familia en el salón.
En la impronta salí a la calle al lugar y la sorpresa fue mayúscula cuando pregunté al cruzarme con los mismos hermanos que caminaban por el lugar, dándome detalles de cuando lo rescataron mediante unas largas escaleras a martillo y a cincel ante el inminente derribo del muro del edificio en demolición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario