CARTA AL OLVIDO
Me dirijo a Vd en la necesidad del derecho a recordar y es que en esta la memoria mía había un muchacho llamado Constitución que cansado de recorrer mundo y gentes de otro lugar decidió regresar a su tierra natal. Aprovechando la licitación que concertó el Ayuntamiento optando por trabajar en la localidad en busca del empleo afín a su formación y obtener en el oficio, el respeto y consideración. Cumpliendo todo lo reglamentario entregó todo los formularios para la consecución y derecho a trabajar de Maestro monitor.
En la entrada a la sala y en espera de la entrevista concertada eran doce que se presentaban para la adjudicación de dos plazas, todos coincidieron y asumieron en la presentación la resignación, por justicia se presumía las dos plazas pertenecerían a Constitución por estudios y diferencia en la formación con respecto a los demás aspirantes, y por experiencia se decantaba hacia un profesional de mucha solera en el oficio en aquella disciplina demandada . Se hablaba a modo de jurado popular entre los mismos aspirantes daban por hecho la evidencia, por pura lógica y preparación que el jurado oficial daría su aprobación razonable en la adjudicación de las plazas que la institución ideológica democráticamente elegida manejaba.
La sorpresa y decepción fue mayúscula y de categoría, Constitución estudió durante muchos años para saber de aquel oficio y que no era un tribunal objetivo y equilibrado el que examinaba, si no Tribunos en el condado derivados de matailusión de alta graduación obedientes del estatus mote El Torretas. Estando compuesto por un número de tantos o más que los aspirantes al puesto que se presentaban. Sentados y vestidos por los pies, chaqueta en mano puesta a punto la corbata ,dieron abasto a las plazas que nadie esperaba. Se decantaron por los de menor graduación y experiencia en lo requerido, a lo zapatero y por tanto menos preparados para dar clases a alumnos del curso subvencionado. Siendo en clara manipulación eligieron vaya usted a saber porqué, cometiendo el error de faltar al exceso del manejo del mando que le otorgaron. Más allá del hecho en sí mismo se incurrió en la gravedad de excluir a Constitución después de su regreso del país Germano donde allí fue profesional como emigrante en el oficio, junto con Eslodemenos, quedando los dos profundamente decepcionados en deprimento y favor del claro didáctico favoritismo.
En la inmunidad y gravedad discriminatoria del caso era ver el comienzo del principio del apoderamiento del mismo poder, dejando entrever la manera de hacer que habría de ser en los años sucesivo que estos individuos utilizarían para convertirse en uno de los mayores problemas de los Españoles.
Cabe adjuntar que claudicar sin remedio ante el gigante no implica olvidar por tener que trabajar en el exilio, si no agotar los recursos a través del espacio y tiempo de llevar hasta Madrid o donde fuere para restaurar el respeto al oficio, como en toda actividad, damos fe de la memoria histórica pues es de todos y suya propia la mala costumbre de la apropiación de la institución del oficio en los edificios.
Sin más aprovecha para saludar le a Vd. con el deseo éxitos máximos en lo profesional, cuya vida guarde Dios muchos años pero sin extraordinarias pagas y con suyo sueldo para mi y el mio para el suyo.
Suyo aftmo Juan de la Cuesta. Morales
Benalup Casas Viejas veintitantos de Enero de 1999