SEGUNDA EDICION (Agotado)

lunes, 22 de marzo de 2021

Padres

Historia de padres 
La Gravedad del asunto.
Anónimo.

Me parece la comparecencia en un medio de televisión por un personaje público que puede servir a la concienciación, aprovechando la máxima difusión en  la gravedad del caso, no sólo el testimonio sino el sentir en un tema complicado largo y doloroso inmerso en el seno del matrimonio.
 Entre programas televisivos, números y numeritos, en las diferencias en cuanto al manejo parental de los miembros de una familia en las separaciones y más concretamente cuando a los hijos se le priva del padre o bien de la madre mediante la ausencia física, maltrato psicológico y un sin fin de manejos donde la ley no alcanza con todo su proceso. 
No digamos ya, hace veinticinco años entre abogados, jueces y autoridades donde la ley no se aplicaba de hecho en  la medidas necesarias salvo los más graves sucesos.

Los, las hay que aplicaron la estrategia (( y los quitaron de enmedio)) teniendo ocupado a sus hijos precisamente cuando les toca por la asignación de la ley el fin de semana cada quince días según las normas, o en otro caso se los llevan directamente desapareciendo en domicilios donde la vivienda se convierte en un fortín con colaboradores colaboradoras entre parentescos.

No sirvieron de nada las veintitrés denuncias por la ausencia de los hijos cuando los iban a recoger según las medidas del reglamento.
Hoy quizás sí, sirva de algo las denuncias en una aplicación más justa para poder estar con ellos los fines de semanas alternos.
 Hay otra condena por venir, suma y sigue que viene al caso, después del juzgado de lo social viene el juzgado popular sumando comentarios malévolos, agravando lo grave de por sí, donde le privan a los hijos de uno de sus padres, siendo que el otro es quien le priva el derecho natural a sus hijos propios.
 Y en el comentario el daño colateral de algún instruido mental en insinuaciones referente al abandono de sus hijos en la gravedad del asunto.

San José

Cuenta la leyenda que partieron de  San José , un pueblo del mismo nombre  dos muchachos dirección a Salamanca para la compra de un vehículo. 
Buscaron entre catedrales y piedras en una de las ciudades más antiguas de occidente el concesionario, no sabiendo la fecha en el calendario y se percataron en la firma del contrato que la fecha coincidente era el 19 de marzo. 
Justo en el cuadro del flamante vehículo permanecía la estatuilla del anterior propietario.