Aunque propio de estas fecha y lo impropio por los inconvenientes que conlleva un doblete, estresante en funcionalidad que determina de un sitio a otro para volver a empezar en otro lugar llevándose a cabo bajo la mirada del compromiso y por eso de recoger el agua cuando cae, así sea, aunque fuere donde fuere correspondientemente.
Carretera hacia el Torno a toda velocidad permitida en el sentido de la circulación, circundando la bahía, atravesando el puente hacia Jerez de la Frontera y rodando el vehículo tras dos largas rectas habíamos dejado atrás aquel dia una de las más bellas puestas de sol del planeta. El director general del complejo tuvo la ocurrencia de amenizar el evento poníendole la música in situ y en directo.
La idea funcionó y el público acogió el evento como un sol en su puesta e introdujo en los ánimos de los concurrentes la música como elemento de cambio entre el día y la noche invitando volver a volver en la inversión de la música para y por el turismo.
Llegamos a aquel pueblo con la bienvenida de unas vecinas a las cuales preguntamos ¿Dónde está la caseta? Aquellas mujeres con una sonrisa se congratularon en la respuesta e indicaron el sitio a la incógnita visita. Habíamos pasado entre llamadas y situación geográfica al Gps todo los datos y la bolita indicadora casi adelanta en la posición al mismo vehículo, pués se habia quedado atrás una vez que atravesó la cobertura en su ausencia.Todo en orden, exclamó Franz a pesar de sus dos metros de altura y un cuarenta y seis de pies, realmente impresionante, cuando aparecía incorporándose de pie al saxo en los solos de Fito por encima de la plataforma. En un suspiro de alivio que le salía del mismo alma después de hablar al teléfono con su jefe de grupo le comunicaba que el otro grupo acababa de empezar; luego teníamos una hora más de crédito en el arrebato al tiempo en el funcionamiento de la actuación hacia el corazón de aquel pueblo, de unos tres mil habitantes que se disponía a celebrar su fiesta patronal. Un seto hábilmente manipulado con las artes de la poda seguramente árbol en otra vida estaba convertido en seta, había otro con forma de óvalo y otros cuantos entre acerado de césped en los caminillos perimetrales del recinto dejando centrado las baldosas de chinos en el solado. En el centro una talla humana esculpida en roca elevaba el desnudo y piel pulida a casi cinco metros de altura sobre pedestal se imponía la estatua exenta de amor propio en aquel parque aplazado para la ocasión de la feria. Al fondo en el escenario, el Trio de trés, artísticamente nombrado en sus primeras canciones en espera y tiempo de la gente se daban los últimos toques en la tarea de “arreglarse” en sus casas, mientras entonaba las primeras notas y se iban sentando en aquellas mesas que dejaban ver sus patas de tijera y la madera bronceadas de amarillo con cuerpo de paño blanco cuidadósamente dispuestas bajo la tirantez en una sola pieza. Casi un kilómetro cuadrado de lona con impecable tono blanco que posada recién planchada sobre unos robustos pilares soportes del pórtigo con paramento vertical al libre aire de una noche de verano al fresco bajo las respectivas cerchas de la estructura de aluminio que se incorporada a la plaza en una arquitectura complementaria mimética. Al fondo una cortina de velo negro suspendida sobre barra tridimensional cromada y plata de seis metros y de cada extremo de la barra frontal salen otras dos dispuestas a 120 grados hacia el soporte de la columnas medios y agudos de satélites dispuestos en forma de hipérbola justo en el eje vertical del bafle de graves en base. Sitio del escenario donde bateria, bajo, teclados, guitarra, dos metales, dos cantantes femeninas a cada lado del presentador y cantante céntrico. Al fondo el técnico de iluminación con el de sonido dispuestos en sus primeros compases, acompañando una cascada de halos de colores que emanaban en una simétrica y sincronizada luminiotécnia, a juego y formas de cortinas de humo brillante con la coreógrafía de los cantantes que cada pase estrenaban ropa. Tres robots lo pusieron todo blanco metálico y escarlata, de pronto el escenario se inundó de un rojo y grana intenso, aparecieron tres halos amarillos formando tres planos en V en la visual del espectáculo, con un colorido olímpico las tres V giraron sobre su eje vertical y se dieron la vuelta justo cuando empezaba la gran orquesta. El público fiel en el reflejo e inengañable para las artes escénicas aplaudía cada interpretación en un sonido profundo y limpio. El hostal del pueblo acogía en su negocio catorce pernoctaciones más en feria,comidas y dietas en el pagos de la orquesta . !Bravo por la música y por este ayuntamiento del Torno! por ofrecer una noche mágica. Con un euro de cada habitante, una vez al año, ahorró los tres mil euros por día que vale el evento con el directo de la orquesta.
Llegamos a aquel pueblo con la bienvenida de unas vecinas a las cuales preguntamos ¿Dónde está la caseta? Aquellas mujeres con una sonrisa se congratularon en la respuesta e indicaron el sitio a la incógnita visita. Habíamos pasado entre llamadas y situación geográfica al Gps todo los datos y la bolita indicadora casi adelanta en la posición al mismo vehículo, pués se habia quedado atrás una vez que atravesó la cobertura en su ausencia.Todo en orden, exclamó Franz a pesar de sus dos metros de altura y un cuarenta y seis de pies, realmente impresionante, cuando aparecía incorporándose de pie al saxo en los solos de Fito por encima de la plataforma. En un suspiro de alivio que le salía del mismo alma después de hablar al teléfono con su jefe de grupo le comunicaba que el otro grupo acababa de empezar; luego teníamos una hora más de crédito en el arrebato al tiempo en el funcionamiento de la actuación hacia el corazón de aquel pueblo, de unos tres mil habitantes que se disponía a celebrar su fiesta patronal. Un seto hábilmente manipulado con las artes de la poda seguramente árbol en otra vida estaba convertido en seta, había otro con forma de óvalo y otros cuantos entre acerado de césped en los caminillos perimetrales del recinto dejando centrado las baldosas de chinos en el solado. En el centro una talla humana esculpida en roca elevaba el desnudo y piel pulida a casi cinco metros de altura sobre pedestal se imponía la estatua exenta de amor propio en aquel parque aplazado para la ocasión de la feria. Al fondo en el escenario, el Trio de trés, artísticamente nombrado en sus primeras canciones en espera y tiempo de la gente se daban los últimos toques en la tarea de “arreglarse” en sus casas, mientras entonaba las primeras notas y se iban sentando en aquellas mesas que dejaban ver sus patas de tijera y la madera bronceadas de amarillo con cuerpo de paño blanco cuidadósamente dispuestas bajo la tirantez en una sola pieza. Casi un kilómetro cuadrado de lona con impecable tono blanco que posada recién planchada sobre unos robustos pilares soportes del pórtigo con paramento vertical al libre aire de una noche de verano al fresco bajo las respectivas cerchas de la estructura de aluminio que se incorporada a la plaza en una arquitectura complementaria mimética. Al fondo una cortina de velo negro suspendida sobre barra tridimensional cromada y plata de seis metros y de cada extremo de la barra frontal salen otras dos dispuestas a 120 grados hacia el soporte de la columnas medios y agudos de satélites dispuestos en forma de hipérbola justo en el eje vertical del bafle de graves en base. Sitio del escenario donde bateria, bajo, teclados, guitarra, dos metales, dos cantantes femeninas a cada lado del presentador y cantante céntrico. Al fondo el técnico de iluminación con el de sonido dispuestos en sus primeros compases, acompañando una cascada de halos de colores que emanaban en una simétrica y sincronizada luminiotécnia, a juego y formas de cortinas de humo brillante con la coreógrafía de los cantantes que cada pase estrenaban ropa. Tres robots lo pusieron todo blanco metálico y escarlata, de pronto el escenario se inundó de un rojo y grana intenso, aparecieron tres halos amarillos formando tres planos en V en la visual del espectáculo, con un colorido olímpico las tres V giraron sobre su eje vertical y se dieron la vuelta justo cuando empezaba la gran orquesta. El público fiel en el reflejo e inengañable para las artes escénicas aplaudía cada interpretación en un sonido profundo y limpio. El hostal del pueblo acogía en su negocio catorce pernoctaciones más en feria,comidas y dietas en el pagos de la orquesta . !Bravo por la música y por este ayuntamiento del Torno! por ofrecer una noche mágica. Con un euro de cada habitante, una vez al año, ahorró los tres mil euros por día que vale el evento con el directo de la orquesta.
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