Para el cinéfilo no hay nada como reunir todas y cada una de las condiciones para que se dé la función, para que cumpla el cometido del séptimo arte. Dándose el cuidado al máximo exponente entre los factores de imagen y sonido.
En el sonido ocurre tanto de lo mismo.
A buen auditor: buén técnico, material de calidad, espacio acústico y buen equipo.
Antes, todo era mejor, lo dicen los expertos que alertan del mal de todo lo que toca el plástico.
Entre las mejores y experimentadas marcas, unas mantuvieron calidad, otras tuvieron que competir en precio, mantuvieron la fama y la marca pero abaratando los componentes de alta prestación, acabando con la supremacía y enaltecimiemto de la buena música y sonido redondo auténtico para no quedar a la hora de la exigencia y climax musical en un todo se queda en un querer del poder interruptus.
Tan sólo a pocos le he oido el buen sonido, y no siempre. Ya lo dijo en la canción el mismo Miguel Rios, en ese blus del autobús: siento que el sonido aquel nunca suena igual qué misterio habrá.
El desparpajo, comparables sólo de los punteros, a la altura del Capullo de Jerez y unos cuantos que cuidan el peróxido en modo de la buena sonorización, sólo así dando de sí, el privilegio supremo de lo relativo a lo acústico.
En la presunción de inocencia, ahí andan esos equipos monos, estéticos y de plastificado aspecto, bonitos y baratos de bajo coste, de sonoridad media.
Resultado: un sonido errante, sin tom ni son, un sonido sin encanto.
Entre tanto, así de grueso rugió los watios de la famosas etapas Amcron alimentando dos graves puros de 18" de Music Son. 4 cajas Dass en medios y agudos entre lo mejor conocido a la altura de E. V. La alta fidelidad de la mesa Dinacord acompañada de la legendaria Reverb Yamaha X 900 inestimable ayuda a la voz, ante el castigo del esfuerzo al servicio (lubricante en pieza engrasada una vez en funcionamiento, protectora de cuerda vocal por contra de equipos de palo seco) Joya rebuscada, antes de que la marca, obligada por la competencia, fabricara productos de gama media en mercado de lanzamiento.
Alto y claro, sin el retumbe, que obligados a veces nos conducen dentro de naves de chapa y condiciones acústicas pésimas.
Rugió el león en feria con sonido bravo frente a gigantes de pista de autos, dejando a la derecha 10.000 w de buena gama. A la izquierda un Yamaha de competencia desafiante pero comprado ya en gama mediocre de reproductor de disco.
La experiencia nos reafirma y nos avala, se tradujo en éxito. En el haber, haber generado con dolor a veces, en una cuerda vocal, en el sentido de lo auditivo para saber qué necesita el cantante.
Así como albañil capacitado en función de peón. En la búsqueda de la autenticidad nos ratifica lo genuino luchando con los gigantes de selvo, entre decibelios de sonido.
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