SEGUNDA EDICION (Agotado)

domingo, 31 de mayo de 2015

RaFael en su salsa.

  Natural de la serranía Ronda y céntrico en un abanico de pueblos en la comarca.  Como pez en el agua de Málaga se desenvolvía RaFael, alternando su oficio de jardinero con una extraña capacidad de embelesar al público con sus aptitudes de showman.
La palabra llegada de Inglaterra hombre-función- hombre espectáculo parte en la cultura Europa Nórdica donde siempre cuentan mínimo con un profesional cantante acompañado del keyboard en la amenización melodiosa para cena de restaurante en turismo de calidad, extrapolable, como a buen andaluz, un cante con cajón y guitarra.
  RaFael con instrumental valioso, trasmitía por sus poros la entrega, con que se servía para pellizcar en la barriga a su público mientras cantaba en la fiesta.  A todos encantaba con sus temas, le pedían otra y otra y las ferias de jueves a domingo, hasta el lunes por la mañana las alargaba. La gente bailaba con sus canciones en las fiestas, les hacía juegos y terminaban coreándolo. Con Paquito el chocolatero, una vez cortó la carretera; desde la rotonda de Ronda hizo una fila que llegaba de vuelta a Málaga. La calidad no sólo no está reñída con la pachanga que se cotiza en función de la oferta y demanda a buen alza, sino que origina la subida en el ánimo y hartazgo de la población en la monotonía, abriendo puertas a cambio de aires y es parte de la cultura en el entretenimiento en los pueblos, imprescindible en las fiestas de nuestra querida y España diversa.

 Buena muestra está dejando la banda de charanga con el toro de tela simulando al real, arrastrando a medio pueblo por calles y plazas, todo ello acompañado nota por nota a dos pulmones en la música que  sustenta la banda  (por cierto muy buena banda de charanga la que estuvo aquí, de carácter animosa participadora y partícipe a público de calle deleitando a la vez musicalmente) dentro de la música diversificadora al servicio de conciertos, clásicos y de acople a la misma copla a cualquiera de los escenarios.

 RaFael único en su estilo comparable a un Ronaldo y a Messi de la animación, que hizo cantar en directo a la misma guinda con el neutro, el tema de la queja "con peros a su manera",  ellos lo disfrutaron, pero en la amenaza de la asistencia casi perpetua de la excepción que confirma la regla, optó en aquellos tiempos y aquel esfuerzo le permitió comprarse en urbanización considerada hasta una casa. RaFael, duro como perro, lo escenificaban las pruebas por navegador entre escenarios mágicos, sin magia, sin toldos en un relente a media noche. Una vez le vi dormir en pueblo de Espera, entre el calor de las tablas, de ahí la fama,  de mágico cuando le apretaron las cuerdas que al ser vocales, casi las matan. Venían a comerse los güevos de oro de RaFael, empresarios malévolos de los del silencio a media palabras .

RaFael empezaba por la tarde y cuentan que le vieron en numerosas ocasiones cantando a la par de un gallo a las claras del dia entre la Axarquía, Huelva, Jaen, Almería. No dispone de un  solo día libre, donde es el más cotizado de los solistas. Cuenta la leyenda en aquel pueblo de Canaleja O'Comosellame que le vió crecer como artista donde siguen haciendo fiestas. No falta el cordero, ni el mero, vino blanco y tinto, postres de ginebra. RaFael con ánge de escenario, único, fuera de stand y estandares, con dos letras mayúsculas en la agenda, hoy lo siguen esperando, por internet no lo encuentran, siguen añorandole su capacidad de sorpresa; cuando todos miraban al escenario en la entrada de la canción, él aparecía justo detrás de ellos, con micro inalámbrico andando por encima de la barra. 

RaFael me contrató en su boda cuando se casó en su pueblo y alcanzó exclusividad en el espacio de la memoria interna de las personas, en los cuentos bellos, entre los de final feliz donde reza.

  A mi amigo Rafa