SEGUNDA EDICION (Agotado)

miércoles, 22 de julio de 2015

Las Gracias

Gracias por el abrazo,  gracias señoral@s por conocerl@s y encantado, según los trámites obligatorios, como se decía o se dice cuando te presentan a alguien. Encantado estoy, de una trayectoria donde hay mucho que ver, porque ¡quiero verlo! jajaja.  Soy híbrido de edad mental, aunque falto de humor, pues no tengo todo aquel que quisiera, para así poder sobrarlo.  Aunque poseo edad cronológica, como dijo el cantor  ~a partir de mañana  empezaré a vivir la mitad de mi vida~ y continuó completado el texto... añadiendo obligatoriamente ~a partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi muerte~, por consiguiente
Me encantó aquello que sonaba a canción a pulmón, soltando el micro en la explanada como hacía Alberto Cortéz en sus actuaciones y buen hacer de poeta desplegando todos sus arreglos. A todo repertorio en controvertido, a mi entender, entre guardar la cordura y el callejero por derecho propio, aunque yo soy más del Santo Grial en el Código Davinci que de grandes templos, entendiendo la cordura a derecho de resguardecerse de francotiradores en un derecho de volar más alto.
Por lo visto hasta ahora ¡cuanta razón ... necesitamos toda una vida para saberlo.  Haber hay quién necesita un dummper de enciclopedias para seguir ,en otra cosa, haciendo. Afortunadamente están los hombres que fueron de por sí solos, paso a paso, tomo a tomo, verso a verso. Ellos mismos son y llevan consigo la misma enciclopedia.
Se convive en un estado donde una vive de la otra, como carcasa de hermitaño. Me gusta su comentario, porque guardando la cordura, tiene la calidad en esencia y no la cantidad siendo grande como todo un facebook que nó le caben ya más me gustas en los versículos del universo.
Un viejo comerciante tenía dos tiendas; una en la capital y otra como no podía ser de otra manera en el pueblo que lo bautizaron y fascinante pueblo. El comerciante de apellido Rey ¡qué casualidad!...Se lo decía una y otra vez; con el metro de cinta tomando medidas para el sastre, después de tanto tiempo atendiendo a los clientes en su tienda de tejidos enrolladas en canutos de cartón, camisas, corbatas y otras telas a cortar, contaba la diferencia de las gentes y su indiosingracia entre uno y otro sitio. El comerciante derrochaba historias a pergaminos, psicología y poseía con la grandeza de la simplicidad. Pasa que los de allí triunfan aquí, los de aquí, allí, y de los fracasos se aprenden con un uno, ó de nota diez. Unas veces se gana y otras se aprende, según frases populares que rulan por aquí.  Pero ten presente de acuerdo a la experiencia, que unas veces se pierde y otras veces... no aprendieron nunca, aunque suene diferente.
     
                    《 {♣◆□○●■◇♧} 》