SEGUNDA EDICION (Agotado)

sábado, 11 de marzo de 2017

Encarnablog »Crónica Adyacente.

IInformado por la prensa de las corrientes de antes, y del carnaval contemporáneo. De lo que es y no es carnaval en su esencia. Puede que sea la flor del tuétano a degüello, como tan sólo pueden deshuesar y desmenuzar el desnudo de los grandes. Y lo llevan por bandera como obra de arte, en la asignacion: Ya figura el Tajo, y a destajo on the antropologitht National Carnaval.

   Pero son sólo rumores, se dice que está en estado crítico y yo en la crítica que sólo soy un novato, ahora me entero de la diferencia entre comparsa y chirigota y el abismo de las de antes. La diferencia de un coro y una murga válgame San Pedro hablando de duros antiguos o el equivalente a Euro, el de la suegra y el de la miseria.

Antes se escuchaba, era por costumbre el veredicto de los mayores. En la calle era todo un status, el jurado. El jurado de los transéuntes, desde cuando la historia, desde que se tomaban en consideración  las comparsas decentes.
—No se oye una palabra más alta que otra—, con su gracia y su presencia decía —Currita la del puesto— hacian su cometido y las había de antología en los casos a estudiar de antropología del pasado. En aquel presente dejaban una buena impresión y buen sabor de boca.
Por contra, las había populachonas de letras dicharacheras, toda una murga se decía, el relleno de carnaval pleno y en lenguaje de la chusma.
El carnaval es emoción en estado sumo, poner a parir a la autoridad que llevaba mal rumbo, eso se hacía antes... mucho antes.
Darle caña a los tres rombos y al tongo, eso sí, con gracia y salero, pasárselo bien sin pasarse, en concierto centrado sin descentrarse en peso, al tipo, con el compare del bombo.
Para tipo, aquel que bajaba de la calera a la alameda y viceversa, casta de carnavalero y portento físico, aguantar a cuatro patas en el proceso de darle vida al disfraz, del hombre que hacia de mono en un recorrido kilométrico. Dos, eran tan sólo dos, a los que la gente esperaban y hacían la espectación de toda una cabalgata.
Chirigotas y comparsas para contagiar al público hasta embelesar con música y letra, y " al contrario"  como dice Aragón. Un al contrario con risa y desparpajo sin elemento de vuelta y vuelta cortao, más que cortao a satisfación ¡propia! pero...hoy en estado de la igualdad se dice ¡muy propio!. Que corte y sea el público el que descorche, señal que le ha llegao hasta el gañote, que se ve hasta en el video del ocho, pero....fue al Chavo donde fue a parar el arte, ese si que tiene un toque, el toque del pellizco que te levanta del asiento que se reparte en otra parte sin que aparezca el sueño del dueño, en la parte —Un mucho más al lado— de las emociones que no tienen dueño.
En carnaval se tiene alegría del carajo.  No se tiene hambre, ni mono de las antiguas monerías. La gracia, la de Gallardo en aquel tandem a duo, hombre—fiera recorriendo las calles con medio pueblo ensimismado en la espera.
El carnaval apunta a libre albeldrío y murga de barrio, si no lo rescata la comparsa, las agrupaciones, la chirigota, cuartetos y coros con miras de altura. Y las hay ya con altura de miras, altura de letras, alturas como fallas de Valencia, acordes en puertas de tierra.
Como alumbrao de quinquel se quedó la murga, la murga de rendajo, sin darle chispa a la gravedad, a la del globo que está cayendo. El asunto, grave y primitivo como el hombre mismo, el hombre de palabra — decía Pedro —cuando se casó e inmediatamente contestó al cura en la solemne declaración perpetua. Son marido y mujer—¡Un hombre lo ha dicho! — contestó Pedro. Y se oyó una voz: molto y contundente en todo el templo.
Jesús el pregonero, a intersección para y por los domingos, para que dejen tranquila ya la cabalgata, una cosas que funciona, aunque ya hicieron de las suyas con los premios, los mandaron a bailar por sevillanas y de mientras le quitaron el baile al mejor disfraz, como también el baile de disfraces, el clásico y único en su especie. ¡Lo quitaron! El único donde bailaban los matrimonios, y lo metieron en crisis, hasta en carnaval. —Disfrazados  denudos y en su casa—
La objetividad no existe, eso son inventos de catálago, existen las compañias que premian el 1 por ciento desde el palco, porque el 99 está en la calle. ¿Cómo se iba a enterar tanto gusto de los unos, si en la calle estaba el gusto de los otros?.
Para gustos y satisfaciones de puerto en puerto, ya sin arreglo, onque por wifi tenemos a Cachalote, de carnaval se entiende y son sólo suposiciones... cualquier parecido con la realidad es un supuesto.

P.D. En la murga de Basallote, entre corte y corte, se vistieron de aristócratas reinventándose. Inventaron letras a la bulería, de bulo mismamente,  ...cómo serían aquellos ensayos.... con sabor a cacería.

P.D.    o eh que te enterate,  que de con quien a mentira te metite ,,, era mismo contigo.