La moneda y medio de intercambio se acuñó en molde de metal fundido a dos caras. Dice la literatura del dibujo a toda regla, sin que faltara el cartabón, que es una curva cerrada y plana, formada por una sucesoria linea de puntos equidistante de uno sólo llamado centro. La circunferencia en diferentes caras, cuando se tira al aire en el partido de turno, todos esperan y juegan a lo que salga, cara o cruz.
El significado en un mismo emisor/emisora para una sociedad que conforma y se permite, como en todo hay, la doble cara. El lado más cruel, cuanto más partiendo del mismo entorno donde se vive, en el caso de los hombres niños. Los mismos que recogen las impresionantes fotografías del catedrático y antropólogo que con tanto acierto está en la publicación de Salu. Desde la historia de Casas Viejas.
Desde cómo lo hemos vivido en mayor o menor medida, según nuestras familias se lo podían permitir, según la economía de los duros, la perra gorda, la perra chica y la peseta.
No era casualidad de un señor que venía desde las Américas haciéndonos fotografías para mostrarle al mundo que estábamos aquí, en la Miga. Hoy Parbulitos según la fuente documentada ó de traducción en el lenguaje referido.
El contraste era brutal, desde los juguetes, la ropas, juegos, actitud...
Afortunadamente entre la clase de niños trabajadores, estábamos los que estudiaban. Viendo esas fotos de amigos de la infancia, recordamos de cerca el drama.
En la exclavitud de aquella mentalidad, tomada por obligación ocasionada por el momento que se atravesaba, atraso por la ubicación ó por la circunstancias. Visto desde los mayores, pero desde la mentalidad infantil, lo más duro además del trabajo diario en el campo con toda su crudeza, ver como los que no tenían juguetes, ni se acordaban en aquel día de reyes, y de pronto al salir a la calle verse en el "castigo"; precisamente, al ver a los demás con flamantes camiones, muñecas y bicicletas, todavía con el apoyo de las dos ruedas supletorias ante las miradas de desolación de los que no le habían traido nada.
De esa época, pasamos a todo lo contrario. A los nuestros, los atiborramos de hamburguesas. Juguetes? ....para aburrirse. Y que ni le toquen un pelo, que nada ni nadie le digan nada.
Los dos extremos servidos, y la moneda sin caer de canto, pero la suerte está con nosotros, todavía no ha llegado aquí Macdonald. Los niños obesos están en América.
Aunque por desgracia saltan casos aislados fruto de atrasados comportamientos o adelantados, según cayó de nuevo la circunferencia metálica y asistimos perplejos a estos casos en el telediario en la gravedad de sucesos en los partes, no digamos ya en la guerra.
En la otra cara de la música, por aquellos tiempos, un músico de la talla de Carlos Santana, nos hacía bailar (con la guitarra del spot de esta portada que fotografié en los museos del mundo) Let the children play (deja los niños jugar) y Samba para tí, para quien encontraba pareja, claro, porque tenían que decidirse y no salían cuando la sacábamos, luego se quejaban de todo el año esperando, cuando le pedíamos baile, para no bailar la samba.
Hoy día ya es diferente, las sevillanas se bailan de cuatro en cuatro y cansa, no dá tiempo para nada.
Reconfortante es. El nivel, la madurez y lucidez cuando el apoyo viene sin fronteras, que ya tenemos bastante ruido a diario con altavoces reciclados. A no ser, que las hay, orquesta buenas también en las ferias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario